No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no se nos escape (autor/a desconocido)
RAE:
viajar.
1. intr. Trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por cualquier medio de locomoción.
Me considero una viajera. Viajar es una de mis grandes pasiones. Y es inevitable que recomiende viajar a mis pacientes y a las personas que conozco. Algo subjetivo que hago como persona de a pie, pero que cada vez más estoy comprobando también su efecto terapéutico.
Personas que acaban de sufrir una pérdida, que están viviendo un mal momento en el trabajo, en sus relaciones, que no saben qué camino escoger, que necesitan ese tiempo del que hablan los orientales para sentarse y dejar que el fondo del mar, revuelto, repose, y se pueda ver más claro…Viajar es un cambio de ambiente, es un cambio de estímulos, otros colores, olores, objetos, personas. Es un romper con el resto, es un paréntesis, un respiro, a veces es paz, otras diversión, aprendizaje, otras simplemente tiempo, tiempo también para estar a solas, o en pareja, en familia, o con ese amigo/a…Si ahora, aquí, lo están pasando mal, si tienen dificultades, no quiere decir que viajando vayan a desaparecer, es sólo eso, un tiempo, un respiro, un cambiar de escenario. Dependiendo del tipo de viaje, es enfrentarte a nuevas situaciones, conocer otras personas, otros puntos de vista o realidades. Es poner en jaque a veces tus creencias o tus opiniones. Es demostrarse a uno mismo/a que se puede, que consigues objetivos. Y luego está la belleza de otros paisajes, de otros gestos, de experiencias que en tu lugar de origen jamás podrías tener.
Me atrevería a decir que, en casi todos los casos, hay un antes y un después de ese viaje. La mayoría de las personas que he tenido en consulta, vuelven con algo más de paz, descanso, incluso algunas con más seguridad. Creencias sobre uno mismo que se han demostrado contrarias, como una persona que creía que no era nada sociable y en un viaje en solitario descubrió que se relacionaba bien con otras personas, incluso que disfrutaba. He conocido personas que después de un viaje han tomado grandes decisiones: dejar un trabajo que les hacía sufrir, una relación con la cual no eran felices…Otros, simplemente (o no tan simple) eran más conscientes de lo que tenían y lo que querían. A veces son viajes largos o de larga distancia, otros de un fin de semana en la montaña o en otra ciudad.
Buscando en la red, he encontrado este artículo en la web Psychology Today: Extended Travel Affects Personality, publicado en 2013. Hace referencia a un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology, donde comparaban un grupo de estudiantes alemanes que habían pasado un trimestre o más en otro país con un grupo de estudiantes que estaban durante el mismo periodo en su universidad. Vieron que en el grupo que habían estado fuera cambios en algunos rasgos de personalidad valorados en un test: mayor extraversión, consciencia, amabilidad, apertura a nuevas experiencias, y estabilidad emocional comparada con el grupo que no habían viajado. Loa autores lo relacionan con el hecho de estar fuera de la zona de confort, estar en contacto con personas de otra cultura, que el viajar les hacía ganar perspectiva, haciéndoles reaccionar menos con los cambios o retos del día a día. Comentan también que las experiencias multiculturales incrementan la creatividad. No pueden decir que estos resultados se puedan extrapolar a los adultos, ya que requiere tener grupos similares para poderlos comparar.
Y, sin saberlo, cuando ya había escogido el título de este post, me encuentro con este fantástico artículo: TRAVELS TO ONESELF: A Psychological Analysis of How Study Abroad and Positive Regression Impact Personal Growth and Behaviour. Hablan de Psicología de los Viajes! Copio aquí algunas de sus conclusiones, traduzco:
Este trabajo explora cómo y por qué los viajes y estudios en el extranjero afectan el crecimiento personal y la consolidación de la carrera, y si la adaptación a una nueva cultura emula las primeras etapas del desarrollo psicológico a través de un egreso positivo. Los viajes y estudios en el extranjero ofrecen excelentes situaciones para vernos a nosotros mismos con más claridad, «tanto de manera segura» como desde la distancia, en nuevos entornos con nuevos retos, y con una mejor comprensión de quiénes somos y quiénes queremos ser.
Y cierro con la frase del inicio de la que desconozco el autor: «No viajamos para escapar de la vida, sino para que la vida no se nos escape». O quizá viajamos para vivir, otros viven para viajar, o, es a veces una forma de vida o de mirar la vida. Qui lo sa?
En cualquier caso, Feliz viaje! Allá donde vayáis…
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