Hace unos meses, en uno de esos largos trayectos en avión, dentro de la oferta de películas de la Thai, encontré una que se llamaba «Divergent». Perdonad mi incultura novelística y cinematográfica, pero no la conocía. Cuando leí el argumento, me llamó la atención y allí me lancé a verla. No quiero hacer spoilers, pero necesito explicar algunas cosas para introducir el tema y explicar por qué me pareció tan interesante.
La película es la primera parte de una trilogía basada en las novelas de la estadounidense Verónica Roth. En una sociedad futurista, la población está dividida en 5 facciones, comunidades de personas con valores, comportamientos, costumbres y formas de ver la vida diferentes. Estas facciones son: Osadía, Verdad, Abnegación, Compasión/Cordialidad y Erudición. Cuando los jóvenes cumplen 16 años tienen que pasar una prueba de Aptitud para saber a qué facción pertenecen. Pues bien, la protagonista, Tris (Beatrice), hace la prueba, que consiste en una simulación de situaciones a las que tiene que responder y, oh, sorpresa, sus respuestas no pertenecen a ninguna en concreto, tiene igual Aptitud para 3 de ellas. Descubre que es «Divergente», que quiere decir que no encaja en ninguna, pero tiene que guardar el secreto, pues ser Divergente es peligroso.
Trabajando con personas con Altas Capacidades no pude evitar hacer la comparación. Personas que no encajan en una normalidad, en una definición, que tienen maneras diferentes de responder, de pensar, de estar en el mundo, que por ser como son, son incomprendidas y sufren muchas veces, por esa diferencia, acoso, mobbing, y un largo etc.
El pensamiento divergente fue ya acuñado por Edward de Bono:
Divergente, por su parte, es aquello que diverge (que discrepa, discorda o se separa). El pensamiento divergente o pensamiento lateral, por lo tanto, consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades creativas y diferentes para la resolución de un problema.
(De: http://definicion.de/pensamiento-divergente/)
Aunque De Bono proponía que el pensamiento divergente se podía estimular, aquí simplemente lo utilizo para describir una característica de las personas con Altas Capacidades.
En los últimos años he escuchado y leído mucha controversia hacia el término. Y esa controversia demuestra que hay mucho por aclarar y explicar todavía. Uno de los temas es el mítico CI. Creo que este artículo de Javier Tourón, quizá uno de los expertos en la materia más importantes de nuestro país y parte del extranjero, nos pueda ayudar a disipar algunas dudas o ideas erróneas. Invito a leer atentamente todo su blog pues aporta mucho conocimiento de él y otros expertos mundiales.
Otro de los temas que levanta ampollas es el término en sí de «Altas» Capacidades. Yo creo que no hay nada de alto, sino diferente. Por eso el término «Divergente» me gusta tanto. Porque la divergencia está en muchas otras áreas que no solamente la del pensamiento: las emociones, las reacciones físicas, a veces incluso, la forma de moverse o aprender el movimiento o expresarlo.
Ya en otro artículo hablaba de la sobreexcitabilidad como una característica muy frecuente en las personas con Altas Capacidades (sigo utilizando este término para entendernos aquí). Quizá no es «más» solamente, o no sea la palabra, es una reacción sensitiva, emocional, motora, imaginativa «divergente».
La neurociencia cada vez nos está mostrando ese funcionamiento diferente gracias a las investigaciones con neuroimágenes. Parece ser que las personas AC tienen cerebros en llamas «on fire», con diferentes áreas activadas a la vez, hablan de cerebros multimodales. Pero claro, el cerebro no es sólo cerebro racional. El cerebro emocional y el reptiliano también existen y entre ellos hay todo un sistema complejo de comunicación. Como ejemplo, este documento sobre memorias traumáticas y la terapia EMDR para profundizar un poco más y que puede dar una imagen general de cómo funciona el cerebro ante experiencias emocionales (aunque el documento sea para explicar cómo funciona la terapia). Es por esto que en terapia vemos maneras de procesar diferentes en estas personas y, por tanto, la manera de interpretarlas y de intervenir también tiene que ser diferente.
Espero que las personas divergentes no se tengan que esconder más ni ser perseguidas o criticadas o invalidadas, y podamos ver en ellos una esperanza para que puedan ser, quizá, los guías que salven el mundo, que nos muestren otros caminos, aunando las fuerzas de todas las facciones, pues todas son necesarias e imprescindibles.
Muy interesante Cristina. Saludos!